Pinté a José Mujica Cordano
Hace mucho tiempo quería pintar al Viejo Mujica, quise hacerlo cuando él aún vivía, después que me enteré que estaba jodido. Lo empecé, pero créanme que resolver un rostro es un reto difícil, mucho más si la cara es muy famosa y conocida, no sólo porque el que mira notaría ciertas desproporciones, sino también porque mí propia mente me engaña, ya que al pintar vamos de menos a más, la figura parte de manchas, uno intenta encontrar y crear orden en todo aquello. Entonces la mente te grita todo el tiempo que no está quedando bien, que estás muy lejos de resolver el embrollo, de repente te das cuenta lo que no está bien, y eso implica tener que romper una parte de la pintura para intentar arreglarla. Entonces uno tiene que hablarse y recordarse que eso es pintar, una conversación interna, un desafío de fusionar todo aquello técnicamente aprendido hasta el momento, sumarle la experiencia, el conocimiento de volumen, matiz, luz, sombra armonía del color, anatomía, y una gran cuota de fé y a...