Pinté a José Mujica Cordano
Hace mucho tiempo quería pintar al Viejo Mujica, quise hacerlo cuando él aún vivía, después que me enteré que estaba jodido.
Lo empecé, pero créanme que resolver un rostro es un reto difícil, mucho más si la cara es muy famosa y conocida, no sólo porque el que mira notaría ciertas desproporciones, sino también porque mí propia mente me engaña, ya que al pintar vamos de menos a más, la figura parte de manchas, uno intenta encontrar y crear orden en todo aquello.
Entonces la mente te grita todo el tiempo que no está quedando bien, que estás muy lejos de resolver el embrollo, de repente te das cuenta lo que no está bien, y eso implica tener que romper una parte de la pintura para intentar arreglarla.
Entonces uno tiene que hablarse y recordarse que eso es pintar, una conversación interna, un desafío de fusionar todo aquello técnicamente aprendido hasta el momento, sumarle la experiencia, el conocimiento de volumen, matiz, luz, sombra armonía del color, anatomía, y una gran cuota de fé y azar y disfrutar de jugar y combinar todo eso.
Lo abandoné, me senté una vez a pintarlo y avancé bastante, creí que lo tenía... al otro día, lo miré detenidamente, estoy hablando de aquel primer intento de Mujica, lo miré y noté que algo mal había en los pliegues que se forman a los costados de la boca, esos que van del borde de la nariz hacia la comisura de la boca, si, ahí algo no estaba bien, pero eso implicaba un ajuste de grandes proporciones, ahí me di cuenta que abordar eso implicaba casi empezarlo de nuevo y quedé pasmado mirando el cuadro, me puse hacer otra cosa y ahí quedó abandonado por la pereza.
Estuvo semanas... un buen día le pasé un color uniforme y arriba pinté otra cosa y me olvidé de Mujica, más adelante él murió, y yo ahí, sin pintarlo aún.
Está vez si, lo voy a intentar sin importar cuánto tarde, recién había terminado a Frida, tenía el impulso, el nuevo taller armado con todo, solo era ponerse, lo quería hacer sin calcarlo, porque los artistas que admiro no calcan, y eso es lo que me gusta de ellos, buscan la figura así, a pelo, literal, ponen manchas y van corrigiendo de acá y de allá hasta que logran un rostro bien proporcionado y con detalles, y eso es lo lindo de pintar, asombrarse a uno mismo de lo que es capaz de hacer, calcar está bueno pero solo si quiero llegar a un resultado rápido, ahorrar tiempo porque es un laburo que tengo que entregar o lo que sea, pero creo que pintar sin calco en un lienzo limpio es más placentero
Me llevó más días de los que pensé pero salió, las arrugas no me quedaban naturales pero luego de varias correcciones creo que lo logré porque quedé conforme con el resultado, me encantó esa foto que es de una chica que trabaja para el diario El País, me gusta porque aparece la mano, en una posición como despidiéndose...
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